martes, 10 de marzo de 2009

Transiciones muy diferentes, por Luis Calderón Seibane

Existen diferencias notables entre la transición demográfica que se produjo en los países europeos y la que se está produciendo en los países en desarrollo y que comenzó a mediados del siglo pasado. Primero analizaremos ambas transiciones y terminaremos por destacar las principales diferencias existentes.
     En lo que se refiere a la transición demográfica “clásica”, el desarrollo industrial mejoró significativamente el nivel de vida lo cual trajo consigo como es lógico una disminución de la mortalidad y un aumento de la esperanza de vida. En este primer momento de la transición las tasas de natalidad siguen permaneciendo altas y posibilitan el “boom” demográfico característico de esta primera etapa de la transición. Este gran incremento de la población y del nivel de vida se pudo producir y, sobre todo, mantener en el tiempo hasta nuestros días -escapando así de la “trampa maltusiana”- debido a los grandes avances producidos por la Revolución Industrial. Esta primera fase se produjo desde principios del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, momento en el cual tuvo lugar una bajada de la tasa de natalidad. En este momento entramos en una segunda etapa de la transición, en la que se empieza a desacelerar el crecimiento de la población. Finalmente en el siglo XX finaliza la transición demográfica de los países hoy avanzados, con la equiparación de las tasas de natalidad y mortalidad (ambas en niveles muy bajos). Esta estabilidad del crecimiento demográfico no es totalmente uniforme, pero en general podemos afirmar que a mediados del siglo XX finaliza la gran transición europea.
     En cuanto a la transición demográfica de los países subdesarrollados, hay que destacar que es un fenómeno inacabado. En general este movimiento se inicia a mediados del siglo XX, momento en el cual las grandes tasas de mortalidad características de estas zonas se reducen considerablemente, lo que hace crecer la población. Esta reducción fue posible por la importación de los avances occidentales en salud e higiene. La explosión demográfica parece frenarse a finales del siglo XX, especialmente en los países latinoamericanos y asiáticos, no así los africanos que siguen manifestando un crecimiento intenso. 
     Para finalizar concretaremos las grandes diferencias entre ambos movimientos. Quizás la diferencia principal sea que la transición europea llevó consigo un gran desarrollo económico e hizo que se convirtiera la zona europea en el epicentro de la economía mundial, mientras que la transición de los países en desarrollo no parece que haya mejorado mucho el nivel de vida ni la riqueza de estos países. Por otro lado, también debemos destacar que mientras la transición europea parece que ya ha finalizado, la de los países subdesarrollados es un fenómeno inacabado. También hay que destacar que la transición europea se desarrolló de forma uniforme en territorios cercanos mientras que la de los países en desarrollo es mucho más dispersa y con grandes diferencias en el desarrollo. Es de destacar, igualmente, que la primera transición supuso un cambio en el rumbo de la historia, una ruptura con la trampa maltusiana, mientras que la segunda transición parece una réplica tardía de la primera. Por último destacaremos algo tan obvio como que al producirse en momentos diferentes, la mentalidad, cultura y demografía son muy diferentes en ambos periodos, lo cual influyó sin duda en ambas transiciones.
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